“Leer un
cuento es ser actor, ser payaso, ser mago y malabarista, saber cambiar la voz,
transmitir amor y disfrutar con nuestros hijos de la magia de las palabras y
sus sonrisas”.
• Conocer el cuento con anticipación, de
manera que podamos ir dramatizándolo.
• Sostener el libro de forma que el niño
pueda observar bien sus imágenes, y cuando lo desee dejar que pase las páginas
o sostenga él mismo.
• Utilizar gestos, movimientos,
escenificaciones.
• Provocar efectos divertidos con nuestra
voz.
• Y si el niño se cansa o pierde el interés,
saber interrumpir el cuento. Es más deseable un buen ratito de lectura, que
provocar que el niño se aburra o canse con el cuento.
La lectura es una de las mejores actividades que podemos
compartir con un niño. Por eso, en nuestro colegio se ha convertido en una
rutina diaria.
Si hablamos de lectura para niños estamos hablando de cuentos y pequeñas
historias que permitan al niño imaginárselas, vivirlas y sentirlas.
Los niños más pequeños, de hasta dos años, poseen un pensamiento
mágico-fenomenista. Mágico porque se centra en su propia acción y fenomenista
porque cualquier cosa puede producir cualquier otra.
Y, durante el resto de su infancia, los niños mantienen la
capacidad para dar vida a todo aquello que imaginan; es su forma de ir
asimilando y comprendiendo el mundo en el que viven.
Leer un cuento parece muy sencillo, sin embargo hay algunas
técnicas que nos ayudarán a mantener a los niños interesados y emocionados.
El primer paso es hacer una buena selección del cuento. Para los
niños de educación infantil es importante escoger cuentos o pequeñas historias
que reúnan las siguientes características:
• Muy breves
• Contenidos sencillos, ricos en diálogos y con pocas descripciones.
• Personajes y situaciones que les permitan identificarse con ellos
• Escenarios conocidos,
de forma que puedan imaginárselos con facilidad.
• Vocabulario usual, sencillo, que puedan comprender, aunque
también pueden aparecer palabras nuevas que explicaremos a los niños.
• Finales sorprendentes pero que terminen bien, felizmente, que
es lo que el niño espera.
•
Ilustraciones llamativas y claras.